The good, the bad and the ugly de los métodos de cocción

¡Hola! Espero que estés bien.
Volvemos con la newsletter informativa y este mes hablaremos de los diferentes tipos de hornadas. Al menos, de las más comunes, incluyendo the good, the bad and the ugly de cada una de ellas.

Cuando hablamos de métodos de cocción, a menudo hablamos de oxidación y reducción.
La oxidación y la reducción son procesos diferentes. Por lo tanto, el mismo esmalte puede tener un aspecto muy diferente cuando se hornea en cualquiera de las dos atmósferas.

La oxidación significa cuando hay un buen suministro de oxígeno en el horno. Cuando un horno se calienta, las moléculas se adhieren a la cerámica e interactúan con el esmalte y la superficie de la arcilla. El oxígeno atrae electrones del esmalte y esto hace que se oxiden.

Y la reducción es cuando se restringe la cantidad de oxígeno libre en el horno. Como resultado, los gases se acumularán. Estos gases extraen oxígeno de los óxidos metálicos de la arcilla y los esmaltes. Los óxidos toman entonces una forma reducida y concentrada. Esto puede afectar el color y la textura de los óxidos.

Hablemos entonces de lo bueno, lo malo y lo feo de cada método de horneado:

Hornos eléctricos
The good: son los hornos más utilizados por los alfareros en la actualidad. Fácil de instalar y simple de usar, ya que la mayoría tiene paneles de control digitales. Están hechos de ladrillos aislantes, que están surcados con canales donde se instalan las resistencias.
The bad:  no puedes usarlos para reducción, ni quemar nada que cree llamas, porque dañarían las resitencias.
Lo feo: las facturas de consumo de electricidad…. Hoy en día, nada despreciable.

Hornos a gas
The good: un horno a gas usa combustión para calentarse. Son los hornos aptos para cocción de reducción y pueden crear resultados espectaculares que no se pueden lograr con un horno eléctrico.
The bad: no alcanza alta temperatura – las hornadas son de  baja temperatura y por consiguiente las piezas son frágiles. Además, muchas piezas se rompen durante el proceso de cocción debido a la naturaleza errática de la llama dentro del horno.
The ugly: difícil conseguir permisos para tener hornos a gas en las ciudades. Requiere una chimenea al exterior. Si tienes un taller en el campo, entonces puedes lanzarte a probar con las reducciones.

Hornos a leña
The good: la cocción a leña es una práctica antigua que consiste en quemar madera para calentar la cámara del horno. Debido a la sencillez de los materiales necesarios, muchos alfareros construyen su propio horno de leña.
The bad: requiere atención. Con un horno eléctrico, enciendes un interruptor, programa un panel digital y sigues con tu vida. Ya un horno a leña requiere acompañamiento y  control para mantener el fuego y  la temperatura adecuada. Puede llevar hasta tres días cocer arcilla en un horno a leña.
The ugly: debido a la naturaleza errática del fuego, a menudo hay movimiento durante la quema. Esto puede provocar que la cerámica se rompa y se fusione entre sí.

Raku
The good: Raku es un proceso completamente diferente de quema – se saca la pieza del horno cuando aún está al rojo vivo. Luego se coloca en un recipiente que tiene papel o serrín. Esto reducirá el oxígeno y enfriará rápidamente la pieza. Como resultado, el esmalte se agrieta y crea hermosos efectos. Puedes comprar hornos diseñados específicamente para hacer raku o hacerlos tú mismo con ladrillos u otros recipientes simples, como un bidón de basura por ejemplo.
The bad:  Raku es un proceso de quema de baja temperatura. Como tal, la cerámica raku es bastante porosa, lo que significa que es frágil y los esmaltes se descascaran fácilmente. Solo aptas para piezas decorativas.
The ugly: la alta temperatura a la que te enfrentarás al abrir el horno. Alto riesgo de quemarse. El alfarero debe tener mucho cuidado y usar pinzas largas y guantes apropriados.

Pit Firing
The good:  es uno de los métodos más antiguos de cocción de arcilla que data de alrededor de 800-1066AD. Todavía se usa hoy en día debido a los efectos que la quema produce en las piezas.
El pit firing no necesita un horno, solo un agujero en el suelo lo suficientemente profundo como para contener las piezas de cerámica y algunos materiales combustibles como madera, serrín y hojas. El fondo del pozo está cubierto con una capa de combustibles. Luego sobre esta capa se colocan las piezas con espacio entre ellas y se cubren con más material combustible por encima y alrededor. Prendemos el fuego y dejamos que arda. Una vez que el fuego se haya reducido, se mantiene por unas horas la temperatura y luego se cubren las piezas con arena. Esto reducirá la cantidad de oxígeno y creará una atmósfera reductora. Se deja extinguir el fuego. A continuación, las piezas se retiran con cuidado, se lavan y se  pulen con cera.
The bad: es una técnica de baja temperatura. Lo suficiente como para convertir la arcilla en cerámica, pero se quedan piezas fragiles.
The ugly: es necesario proteger la piel con guantes apropriados y mantener una distancia prudente del fuego. Asegúrate de que nadie esté a favor del viento, de lo contrario, respirarán vapores químicos que podrían ser venenosos.

Como estamos ubicados en una ciudad, solo tenemos hornos eléctricos. Y como éstos son los más utilizados, hemos ideado una masterclass para enseñarte todo lo relacionado con los hornos eléctricos y los esmaltes industriales. Encontrarás todos los detalles aquí.

Esta masterclass esta a cargo de Muriel Dumahut, ceramista, nuestra directora de estudio y profesora. ¡Espero que te haya gustado esta newsletter!
un abrazo! Paula